Varios usuarios decidieron contarle sus problemas a la herramienta de IA generativa y los profesionales de la salud encendieron sus alarmas.
La Inteligencia Artificial asegura su día en la tierra y vida de los humanos con el pasar de las horas. Comenzando con aplicaciones cotidianas como Siri y Alexa, hasta llegar a la última actualización, el ChatGPT. Cada paso parece indicar que la tecnología va superándose a sí misma y hoy puede desarrollar tareas que algunas personas no pueden hacer.
No obstante, si bien la IA cuenta con habilidades superiores a las de los humanos, enfrenta algunas dificultades complicadas de superar debido a que no ve el mundo de la misma forma que nosotros.
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En este sentido, los especialistas en la salud mental se encuentran preocupados por la difusión de noticias acerca de aquellas personas que acuden al ChatGPT como una terapia.
Este fue el caso de una joven asistente legal de Charleston, Carolina del Sur, que a principios del mes de abril falto a una cita con su terapeuta de cabecera y decidió contarle al ChatGPT sus problemas.
Mientras Van Slyck escribía se dio cuenta que se sentía realmente cómodo contándole al chatbot una variedad de temas personales, entre ellos tocó sus miedos y frustraciones como hombre transgenero en un momento en que de los derechos de las personas transgeneros se encuentra en discusión en su país. “Cuando se trata de volver a ver a tus padres, es importante priorizar tus propias necesidades y bienestar. Considera lo que necesitas para sentirte cómodo y seguro en su presencia. Está bien establecer límites sobre cuánto tiempo pasas con ellos, qué temas de conversación están prohibidos y cómo se dirigen a ti y a tu identidad”, fue lo que reflexionó el Chatbot.
De esta manera, el joven se acostumbró a acudir al ChatGPT en busca de desahogarse y comenzó a sentir en sus respuestas una gran contención emocional.
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Frente al hallazgo, el medio psiquiatra Ricardo Corral explicó que esta metodología es muy nueva y que “está en desarrollo, y va a ir claramente mejorando sustancialmente su eficacia y su precisión”.
“Si pensamos en todo lo que sucedió desde que comenzamos a usar Internet, pasando por, por ejemplo, el surgimiento de las redes sociales y cómo fue evolucionando, hasta que una máquina le ganó una partida de ajedrez a un campeón del mundo en la disciplina, entendemos que llegamos a un punto de aceleración del desarrollo superior al que hubiéramos imaginado”, abarcó el profesional. “Es cierto que casos como el del citado artículo están sucediendo, pero hay un aspecto que tiene que ver con el contacto humano que no es menor en un proceso de este tipo”, defendió su profesión al opinar sobre el uso de la IA como terapia.
Siguiendo la misma línea, coincide el doctor en Psicología, docente, tallerista y autor Flavio Calvo: “La inteligencia artificial puede ser práctica, dar respuestas rápidas, hasta tal vez, y pongo entre comillas el tal vez, guarde los secretos. Pero no cumple la función de acompañar empáticamente y ayudar a la persona a desarrollar su propias herramientas para el cambio, cuando simplemente te dice un qué hacer sin desarrollo de la capacidad crítica de la persona”
