Las altas temperaturas en gran parte de Argentina superaron las dos semanas y comienzan a afectar el correcto funcionamiento del cuerpo humano. Conoce los síntomas y como prevenirlos.
Las altas temperaturas parecen no querer aflojar en Mar del Plata y, aun peor, en gran parte del país. Mientras a nivel local se mantuvieron alertas amarillas, en algunas zonas de Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe se emitieron advertencias de nivel rojo por más de 15 días consecutivos, superando térmicas de 40°C.
La extensa ola de calor que atraviesa el país puede tener gran impacto en la salud en todas las personas, con especial preocupación en grupos de riesgo como niños y niñas, adultos mayores de 65 con enfermedades crónicas como cardiovasculares, respiratorias, obesidad y diabetes.
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Los efectos inconvenientes en la salud enumeran deshidratación, goles de calor o complicaciones llegando hasta el aumento de la mortalidad.
En este sentido, los golpes de calor suelen producirse como consecuencia de una prolongada exposición a temperaturas altas o exceso de esfuerzo físico bajo temperaturas elevadas. Estas pueden llegar sin avisar, llegando a causar la muerte incluso en personas sanas.
Estos golpes de calor se caracterizan por ser un trastorno en el que el cuerpo acumula calor que, por distintas razones, es incapaz de eliminar. En tanto, requieren tratamientos médicos de urgencia, debido a que, de no tratarse, pueden dañar funciones del cerebro, el corazón, los músculos y los riñones.
Para tomar dimensión de la peligrosidad de la afección se deben tener en cuenta que esta puede tener 10 consecuencias negativas en el organismo, tales son: Hipertermia; alteración de la conciencia, mareos, zumbidos y desmayos; sensación de letargo, agotamiento astenia, cansancio y/o falta de apetito; tener náuseas y vómitos; sudoración excesiva; sensación de sofocación, deshidratación y piel seca; síndrome de ojo seco; dolores de cabeza o estomago; calambres, dolores o espasmos musculares en el abdomen, brazos o piernas; y, por último, erupciones cutáneas e irritación de la piel por exceso de sudoración.
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En caso de detectar a una persona sufriendo estos síntomas o presentarlos uno mismo, es importante mantener la cabeza un poco alta, intentando refrescar el cuerpo mojando la ropa o aplicando hielo en la cabeza, beber agua fresca o un poco salada, trasladar el organismo a un lugar fresco y tranquilo y solicitar ayuda médica.
