El proyecto de hidroponía es impulsado por el INTA, el Comando Conjunto Antártico, la Dirección Nacional del Antártico y la Universidad Nacional de la Patagonia Austral.
El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) promueve la producción de lechuga, perejil, rúcula, albahaca y acelga en la Antártida. El organismo instaló el segundo Módulo Antártico de Producción Hidropónica (MAPHI 2) y avanza con esta técnica de cultivo.
Se trata de plantas de fácil manejo y rápido crecimiento para alimentar con verduras de calidad a quienes trabajan en la Base Conjunta Esperanza. El proyecto está integrado por el INTA, el Comando Conjunto Antártico, la Dirección Nacional del Antártico y la Universidad Nacional de la Patagonia Austral.
El sistema productivo que comenzó a funcionar en Base Esperanza es hidropónico e Indoor. El cultivo se desarrolla en un medio líquido, sin suelo, en un espacio en el que se relevan las condiciones de humedad y temperatura en tiempo real, lo que permite producir durante todo el año.
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Conocida como la base destinada al sostén logístico de la actividad científica, Base Esperanza alberga aproximadamente a más de 60 personas dedicadas al reconocimiento y exploración del terreno, la geografía, la construcción de refugios, el estudio de la topografía, fauna, flora y meteorología.