Desde los síntomas más frecuentes hasta el posible tratamiento. Todo lo que tenes que saber sobre la colecistitis o inflamación de la vesícula.
La colecistitis, más conocida como la inflamación de la vesícula biliar, consiste en su mayoría, según los especialistas de Mayo Clinic, en la presencia de cálculos biliares que bloquean la vía de la salida de bilis.
Según el doctor Daniel López Rosetti, la vesícula es una especie de “globito de agua” que se ubica debajo del hígado y consiste en el lugar de almacenamiento de la bilis.
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En tanto, la bilis es un líquido de tipo digestivo de color verdoso, el cual es fabricado por el hígado. Cuando uno se alimenta la vesícula se encarga de enviar la bilis al tubo digestivo, al intestino, para poder digerir las comidas ingeridas.
Podemos hablar de colecistitis crónica cuando la vesícula, por diferentes motivos, se inflama. La causa más común es la presencia de cálculos biliares, más comúnmente llamados piedras o litiasis, los cuales obstruyen el tubo de salida de la misma vesícula.
Cuando los cálculos biliares se acumulan en la vesícula, esta comienza a funcionar mal, se inflama y las paredes se vuelven más gruesas. Su mal funcionamiento termina produciendo dolores agudos en el paciente. Esta es una patología propensa a afectar más a mujeres que hombre y que suele aparecer luego de los 40 años.
Los síntomas de la colecistisis son, como primera señal, el dolor crónico, una molestia que siempre está ahí y que suele aumentar con la ingesta de alimentos. Otras veces aparece lo que se denomina ‘dolor cólico’, debido a que duele mucho de un momento a otro.
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Además, otros síntomas que pueden aparecer son la pesadez digestiva, que es la sensación que tiene una persona cuando la comida no progresa de la mejor manera, o la distensión digestiva luego de ingerir alimentos. A su vez, pueden aparecer nauseas e incluso vómitos.
Cuando el medico atiende al paciente con colecistitis la mera palpación de la zona da un previo aviso sobre a lo que se enfrenta el sujeto en consulta. Aunque, para poder dar un diagnostico confirmado, los profesionales suelen pedir análisis de sangre, acompañados de una ecografía y tomografía. De esta manera, se pueden descubrir posibles piedras, litiasis o cálculos que estén interviniendo en el organismo.
En cuanto al tratamiento, la inflamación de la vesícula suele tratarse con dietas sin grasa o hipograsas, analgésicos y, en caso de no presentar evolución, podría derivarse a una extracción de la vesícula biliar.
Esta extracción es llamada laparoscopia, donde se hacen pequeñas incisiones en la zona y se pasan tubos.
