Entre emoción y algunas lágrimas en medio, los 6 jugadores que aún continúan participando en el juego de la casa de Gran Hermano recibieron la visita de sus parientes.
Gran Hermano 2022 no para de sorprender y esta vez lo hizo con la entrada de seis familiares de cara a la final del reality show más visto de la televisión argentina. En la gala del lunes cada participante fue sorprendido con un pariente que ingresó para ponerse en competencia y empujar a su ser querido en las últimas semanas dentro del juego.
“Son personas queridas por ellos pero van a entrar a jugar”, explicó Santiago del Moro en el inicio de su programa, minutos antes de comenzar con la ronda de presentaciones, la cual estrenó una familiar de Marcos Ginocchio. “Se llama Valentina, es su hermana, vive en Francia con su pareja y está muy nerviosa”, le dio ingreso el conductor a la nueva participante.
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Solo un par de compases de reloj más tarde y los jugadores de Salta se fundieron en un abrazo que arrastró un llanto lleno de emociones encontradas. “Mira hasta donde me traes, que me estás haciendo”, ironizó la hermana del apodado como ‘El Primo’.
“Tiene 21 años, es de Ituzaingó, vive con su madre, es jugadora de fútbol profesional, ataja en la primera de Independencia, se llama Florencia y es la gemela de Camila”, describió el conductor del ciclo segundos antes de que la mencionada aparezca en piso con sus valijas, además de una caja de pertenencias para su pariente.
El reencuentro de las hermanas fue acorde a sus personalidades, lleno de saltos, gritos y llanto. “Te estaba extrañando, gracias por estar acá, estas muy linda”, le dedicaba la jugadora original a su hermana.
Lucila ‘la Tora’ Villar fue sorprendida con la presencia de su madre, Gladys. “Tiene 62 años, vive con su hijo, es ama de casa. Dudó mucho porque también está nerviosa”, describió Del Moro antes de su ingreso.
“Gracias mami por animarte”, le dijo la Tora a su madre cuando corrió a su abrazo. La mujer se encargó de saludar a cada uno de los compañeros de su hija, haciendo especial ojo en Nacho, el joven que mantiene una relación con su hija.
“Se llama Walter Fabián, 22 años, es de Grand Bourg, vive con sus padres y sus hermanitas menores. Es el hijo mayor de la hermana de Romina y ella es su madrina”, adelantó el conductor presentando al pariente que se encargaría de hacerle compañía a la exdiputada, debido a que sus hijas más pequeñas no pueden dado a que son menores de edad.
Como era de esperarse, Uhrig se había ilusionado con la aparición de sus niñas Mia, Felicitas y Nina, motivo por el que indagó a su sobrino apenas vio a su sobrino. “¡Pensé que las iba a ver” ¿Por qué no las dejaron entrar?”, hizo pública su queja.
“Camila es community manager, es creadora de contenido en redes y es la hermana de Julieta. Vive con su pareja, con su novia”, presentó Santiago del Moro a la familiar de Poggio, para luego advertirle que no podía dejar ver información del afuera.
Julieta fue otra de las que se asustó al no ver a otro de sus familiares, por lo que, después de abrazar a su hermana y decirle lo linda que se encontraba, la ametrallo con preguntas sobre su novio, Lucca. “¿Está todo bien? ¿De verdad? ¿Seguro?”, se angustió la bailarina. Su hermano se limitó a explicar que la entrada era “solo para familiares”, respetando las reglas del juego.
Por último, fue el turno de Rodolfo, el papá de Nacho Castañares. Apenas vio a su padre, el jugador fue corriendo a sus brazos y las lágrimas no tardaron en llegar. “¿Cómo estas, mi amor? Lindo”, decía dulce Rodolfo mientras acariciaba la cabeza del participante.
Tras las cálidas bienvenidas, Del Moro se encargó de advertir a cada uno de los participantes que “una jugada en falso que Gran Hermano detecte y evalúe como infracción, al jugador lo manda a placa”. Además de no querer revelar cuanto tiempo iba a durar la estadía de los ingresantes en la mansión.